¿Cargando "equipaje ajeno"?

Esta película ("Viaje a Darjeeling") me hizo pensar sobre aquellas situaciones absurdas en las que nos mantenemos debido a nuestra incapacidad para ver lo que significan y el peso que colocan en nuestra vida. La historia trata de tres hermanos que llevaban un año sin verse ni hablar, desde el día del funeral de su padre, quienes se reencuentran en la India para hacer un "viaje espiritual", por iniciativa del hermano mayor.

Llama la atención la forma en que cada uno evade hablar de sus sentimientos y problemas, no sólo sobre ellos como familia sino también en su vida personal, en un intento por no confrontarse con aquello que les causa sufrimiento y genera una gran desconfianza entre ellos.

Después de varios sucesos, entre divertidos y dolorosos, comparten un momento simbólico en una comunidad rural hindú y a partir de esa experiencia se reencuentran como hermanos y como individuos, logrando cerrar ciclos que habían quedado inconclusos y que les impedían seguir adelante con su vida.

Un elemento que añade mucha gracia y que se convierte en una constante a lo largo de la historia es el abultado equipaje que llevan estos hombres, utilizando un juego de maletas que había pertenecido a su padre y cada una de las cuales tenía sus iniciales grabadas, así como un número que permitía saber si estaban completas las 11 maletas. En su larga y accidentada travesía estuvieron cargando con ellas para todas partes y hasta en las condiciones más incómodas.

El final no lo cuento ni doy muchos detalles sobre el desarrollo de la historia porque, definitivamente, es una película que vale la pena ver para captar los significados encubiertos en preguntas y escenas de una extrema sencillez con un mar de profundidad. Sin embargo, me surge la inquietud ¿estaremos nosotros llevando en nuestra vida, de manera innecesaria y agotadora, un enorme "equipaje ajeno"?